Bestias del Sur Salvaje (Beasts of the Southern Wild, 2012)
Benh Zeitlin
BRONCE
Érase una vez Hushpuppy. Hay películas que son como fábulas, pues focalizan su visión del mundo desde los ojos de algún personaje infantil. Es el caso de esta historia, dirigida por Benh Zeitlin, fotografiada por Ben Richardson y protagonizada por Quvenzhané Wallis. Una delicia visual que nos sumerge en el asfixiante universo de esta niña huérfana de madre cuya tierra, cuya vida, se encuentra en peligro.
PLATA
Los colores, tristes y lúgubres, contrastan con unas luces naturales y pacíficas, como si estuviésemos en una jungla creada a partir de la imaginación más misteriosa. Nunca perdemos la sensación de inestabilidad. El gran mensaje es que incluso en los lugares más inhabitables hay un refugio para la ilusión y la vida. El director sabe que lo importante son los personajes y no duda en mostrar sus rostros en los momentos más decisivos, cargados de una fuerza emocional impredecible.
ORO
Acaba la película y abandonamos un lugar junto a la protagonista, cuyo viaje vital ha dado un paso adelante. La propia naturaleza se ha encargado de ello. Dejamos una infancia diferente, entre cocodrilos y ciénagas, entre sangre y tormentas, donde la madurez ha llegado de manera inesperada y abrupta, como uno de esos miedos atroces y vitales que se nos presentan para recordarnos lo minúsculos que somos pero lo enormes que podemos llegar a ser.